viernes, abril 20, 2007

Atentado en Virgini Teach

Universidad de Virginia Tech, fue este lunes16 de abril el epicentro de el acto más violento registrado en los últimos años en una Universidad de los Estados Unidos, el autor fue identificado como Cho Seung-Hui, un surcoreano que arribo a los EEUU en el año 92 con la ilusión de una mejor vida.
El miércoles 20-04 se publico en los medios un video, grabado por el asesino donde da las razones que los llevaron a tan destructiva determinación.
Los análisis y las polémicas en torno a este tan triste incidente van a estar a la orden del día, desde todos los ámbitos aun incluso fuera de la frontera de EEUU, pero no quiero caer en uno mas de esos análisis, sino reflexionar y hacerme un par de preguntas que nos lleven a cuestionar en que podemos aportar desde nuestra influencia a que esto no suceda, a que sean detectados o tenidos en cuenta los síntomas que este tipo de personas van desarrollando.

¿Estamos hablando de la violencia en los grupos juveniles?
¿Estamos enseñando a nuestros jóvenes a dar afecto a este tipo de personas?
¿Cómo puede ser un país como EEUU donde hay un alto nro de creyentes una cultura tan violenta?
¿Estamos haciendo análisis culturales que nos permitan prevenir el crecimiento de este mal, la violencia armada?
Etc. cientos de preguntas
¿Sabemos con que grado de violencia se mueven en su vida cotidiana? Tenemos jóvenes que conducen, que van a eventos multitudinarios artísticos y deportivos en los que muchas veces son focos de violencia, algunos de ellos militan en grupos políticos, etc.
M e sorprendió saber que Cho Seung estuvo al menos un poco de tiempo en una iglesia protestante en su ciudad, y más me asombro que nadie de los que estuvieron con el notaran lo que pasaba en su vida.
Lamentamos la perdida de vidas, y rogamos a al Dios de toda consolación que enjugue las lagrimas de estas personas familiares de las victimas.
Por nuestro lado, las preguntas hechas entra tantas que pueden surgir, deberían dar lugar a reflexionar sobre la violencia en nuestras vidas y nuestros ministerios.
Dario

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